Pero una cosa está clara, que nadie va a quererte como yo. Otra no va a mirarte de la forma en que yo lo hize, ni te va a regalar sonrisas cada vez que cuentes algo que no es gracioso o interesante. Ni siquiera sabrá apreciar tus pequeños detalles, como cada vez que te enfadas y juegas con el piercing. Se enfadará cada vez que te pongas celoso porque no sabrá qué, en cambio, es lo más divertido. Montará en tu coche y no sabrá desesperarte con la musiquita de forma graciosa como yo lo hacía. Y no paseará por tu casa como si fuera la suya, atracando el frigorífico y el armario de la terracita. Y esa otra, tampoco te pedirá besos como si fuera una niña pequeña, ni te atacará con ataques pinguinos.
Y otra cosa está clara, que nunca jamás vas a querer a nadie como a mí, porque cuando digas a esa otra afortunada un "te quiero" no sonará tan sinceros como los que me decías a mí. Y tampoco caerás en sus dulces caprichos. Además, está claro que ninguna otra te lo hará como yo te lo hacía, porque juntos podíamos llegar a volar.
No te voy a olvidar, desde luego.
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